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¿Es posible romper la seguridad cibernética de una central nuclear?
El riesgo de un «ataque cibernético grave» en las plantas de energía nuclear de todo el mundo está creciendo, advierte un estudio internacional que examinó instalaciones nucleares de varios países (Reino Unido, Japón, Francia, Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Alemania y Japón) durante los últimos 18 meses.
Publicado por el influyente think tank Chatham House, el estudio asegura que la infraestructura nuclear civil en la mayoría de las naciones no está bien preparada para defenderse de esos ataques. Muchos de los sistemas de control de infraestructura eran «inseguros por diseño» debido a su edad, aseguran
Un ciberataque en una central nuclear, aunque a pequeña escala o improbable, debe ser tomada muy en serio por el daño que produciría una fuga de radiación. «Incluso un incidente de seguridad cibernética a pequeña escala en una instalación nuclear tendría un efecto desproporcionado sobre la opinión pública y el futuro de la industria nuclear civil», aseguran.
El informe desmiente el mito del aislamiento virtual total de una central nuclear con el mundo exterior porque la mayoría de las instalaciones nucleares examinadas estaban conectadas a una red, aunque fuera una red privada cifrada y protegida.
Estas redes privadas no pueden tener acceso a las que operan físicamente la central nuclear por seguridad pero incluso ésto de puede burlar. Es conocido como el gusano Stuxnet (el arma cibernética conocida más poderosa, creada probablemente desde los servicios de inteligencia israelíes y/o estadounidenses) fue capaz de acabar con las instalaciones nucleares de Irán y eso que no contaban con ningún tipo de acceso a Internet ni conexión con el mundo exterior.
El informe también revela falta de información a los trabajadores y entrenamiento limitado en reacciones ante emergencias de seguridad. «Hay un enorme desconocimiento sobre ciberataques a las centrales porque estas instalaciones temen que se sepa demasiado sobre sus sistemas de seguridad. Sin embargo, esto impide también que los expertos puedan pensar en mejorar los mecanismos de protección«, explicó Caroline Baylon, la autora de un informe que va a traer polémica y que se puede descargar completo en este enlace.